miércoles, 26 de febrero de 2025

De una Maratón a un km Vertical

 Este fin de semana hemos tenido representación en Sevilla, donde se disputó la maratón y en el Km Vertical de las Hurdes.

    En la capital andaluza se disputaba la prueba reina del atletismo, la Maratón, que con sus 42 km y 195m pone a prueba el cuerpo y la mente de todos los atletas que se atreven a disputarla y hasta allí se fue nuestro compañero Joaquín, que nos cuenta esta:

    Tras muchos meses de entrenamiento conseguí el domingo 23 hacer mi primera Maratón.

Es una prueba muy dura y gratificante al mismo tiempo, tuve la suerte de hacerla bien acompañado por Paco y Rafa sin su ayuda me hubiera costado mucho mas.
Me ha servido la experiencia para conocer la distancia y respetarla.
Quiero dar las gracias por los consejos que he recibido estos días previos a la misma de varios miembros de esta comunidad y por las palabras de ánimo que he recibido.


Joaquín.




    Por su parte, la sesión de montaña, esta vez compuesta por Rafa Santos, José Álvarez y Samuel, se desplazó hasta Ladrillar, un pequeño municipio de Las Hurdes, pegando a la provincia de salamanca, para disputar el Km vertical y circuito Tío Pincho. Para los que no lo sepan, un km vertical consiste en una subida continua en la que se acumulan 1000 metros positivos, en este caso, en apenas 3,5 km de longitud.


 
  A las 9:30 horas, se daba la salida, que en los dos primeros km sería controlada, a partir de ese km comenzaba el ascenso, un ascenso duro, al principio, porque discurre por una zona muy inclinada y con el terreno blando, por las últimas lluvias, que hacia que resbalase bastante, posteriormente cogeríamos unos senderos, que hacían que la subida se hiciese  algo mas cómoda, pero solo algo más. Hasta el km 1,5 más o menos, no tuvimos un pequeño respiro, pero vamos, de tan solo unos metros, lo justo para coger aire en los pulmones y afrontar las segunda parte de la prueba, en la que la cosa se ponía mas seria. A la fuerte pendiente, se le suma un terreno de rocas y árboles, por el que hay que ir haciendo zig zag, lo que ralentiza mucho el paso que llevábamos y para rematar la faena, llegamos a la zona de máxima inclinación, una zona de antiguos glaciares en la que hubo algunos desprendimientos de rocas y con algo más de un 35% de inclinación que puso a prueba nuestra musculatura.

Pero una vez que llegamos que se llega a la cima todo ese esfuerzo ha merecido la pena ya que se nos regala unas espectaculares vistas del entorno, que por mucho que os quiera contar, no lograría trasmitiros, pero tan solo en un minuto llenan nuestros sentidos de una paz, que para mí, no es comparable con casi nada. Por lo demás, y hasta llegar de nuevo a Ladrillar, nos espera una bajada divertida y cómoda que que se nos hagan cortos los 5.5 km que nos quedaban hasta la meta.
Y ahí queda eso.
Samuel

No hay comentarios: