MARATON DE BILBAO

BILBAO NIGHT MARATHON, bendita locura. (by Ñete)

Si muchas veces me han dicho que estoy loco por atreverme a correr un maratón, esta vez se han multiplicado las voces que me lo han recordado porque se añadía el inconveniente de un viaje de más de 7 horas y a una ciudad que inmediatamente antes de la carrera tenía convocada una manifestación de esas que no suelen acabar bien. Hasta el último momento existía la duda de si correríamos por propia voluntad o lo haríamos perseguidos por los antidisturbios. Además, los viajes de la semana anterior, junto con la tensión, el estrés y el insomnio provocados con motivo de un cambio laboral en los días previos, aconsejaban no participar en la aventura. Para colmo, dos días antes apareció una sobrecarga en el gemelo que parecía ya no daba tiempo a tratar adecuadamente (pero Lupe fisio hace milagros). En fin, todo se ponía en contra. Sin embargo, estaba convencido de que la preparación había sido la adecuada y que tenía que aprovechar este momento y arriesgar, aunque tuviera que llegar arrastrándome a la meta. Así es que, sin dudarlo, el viernes cogí a Rafa y nos fuimos a Bilbao, donde al poco de llegar -y al día siguiente- nos pusimos a beber cerveza, comer pinchos, andar más de la cuenta y hasta ir al museo a ver la exposición de Antonio López. Vamos, lo propio para correr un maratón pocas horas después.

Pues con todos estos ingredientes poco apetecibles nos plantamos el sábado a las 9 y media de la noche en el Guggenheim dispuestos a hacer historia, en mi caso intentar bajar de mi marca de 3h.40m. de Sevilla. Empecé la carrera con la decisión de arriesgar, ser valiente y ambicioso sin pensar en que eso podría pasarme factura al final. Mis planes se tambalearon cuando me salió una ampolla en la planta del pie izquierdo en el km. 26, pero ya me daba igual que reventara la ampolla o reventara yo, lo que tenía claro es que lo que iba a reventar era el crono con los tiempos que iba haciendo y a esas alturas ya no podía estropearlo. Y así, con esa rabia y la necesidad de liberarme de todo lo ocurrido en los días previos, no vacilé ni un momento en exprimirme para llegar a meta con un tiempo de 3h.23m., una marca que jamás habría soñado.

Gracias a Pepe, que me llamó un par de horas antes para desearnos suerte y que no quiso mencionar el expediente de expulsión del club que nos tiene abierto, para no desconcentrarnos. Imagino que el domingo nos caerá una buena...

No puedo terminar sin felicitar a Rafa, todo un campeón en lo deportivo (ha conseguido su objetivo de bajar de 4h. en varios minutos), y en lo personal (hemos pasado un fin de semana estupendo), además de buen copiloto (no se duerme y deja poner la música que quieras -es que sus gustos musicales son más que discutibles-).

Si queréis ver los vídeos de entrada a meta, podéis ir a la siguiente dirección: http://www.corriendovoy.com/evento.php?id=458, y ahí pinchar Vídeos de la Maratón: 3.23 (Ñete) y 3.57 (Rafa).

Un abrazo.

Rafa añade:

La verdad es que después de leer la crónica de Ñete, me cuesta un poco más escribir, pero lo intentaré...

La experiencia, muy positiva. Empezamos a correr un día y no dejamos hasta el día siguiente. Cuantos de vosotros habéis pasado una medianoche corriendo?

Bilbao ya no tiene la imagen de ciudad industrial y gris que tenemos en la cabeza. Una ciudad totalmente renovada, mucha gente en las calles, la ría muy viva, a todas horas había gente haciendo deporte: bici, corriendo, canoas... Daban ganas de ponerse las zapatillas.

Bueno, la carrera. Eran dos vueltas a un circuito bastante plano en el que te cruzabas constantemente con corredores y podías ver la carrera como si fueras un espectador. Impresionante la manera de correr del "bestia" que ganó. 2h08 y toda la carrera en solitario.

La salida y meta, eran al lado del Guggenheim, un sitio espectacular. Quizás un poco pequeño para las casi 4000 personas que tomamos la salida. Mucha animación, música motivante y fuegos artificiales en la salida. Fue bastante "incomodo" que salieran juntos maratón y media, aparte de lo apretado, porque te llevaban a un ritmo que te podía hacer pagarlo al final. No se llego a estabilizar la carrera hasta que pasamos por la media, momento en el que nos quedábamos prácticamente solos. Solo corrieron unos 500 la maratón. Mi tiempo en la media fue de 1h54 y me sentía bien, no tuve la tentación de parar y hasta agradecí que se "aclarara" la carrera.

A partir de aquí, empezaba la segunda vuelta y era ya terreno conocido, parte positiva de un circuito así. Había muchísima gente animando que prácticamente se te echaban encima... "aurrerá txapeldún". Se agradecía de verdad. Hay que decir que los avituallamientos eran bastante abundantes; cada 2,5km agua o isotónica y a partir de 25 sólido, con naranjas y plátanos.

Cuando corría por la Gran Vía sobre el km 24 se supone que me debía cruzar con Ñete, pero no lo ví, y me hizo dudar sobre si se habría retirado en la media, tema que me dejo un poco tocado, pero más adelante... mucho más adelante, cruzada la ría y casi fuera de

Bilbao nos cruzamos sobre el km 33 y me llevé la alegría de encontrarlo con un ritmo impresionante y al preguntarle que tal iba, me suelta un "fenomenal". Qué peso me quitó de encima. Aquí el que ya iba justo era yo ;) pero con tiempos muy buenos, casi para acercarme a 3h50.

Y la cosa se empezó a torcer... cuando dimos la vuelta en la parte baja de la ría sobre el km 35, empezó a pegar un poco el aire de cara, y entre el fresco que hacía, el sudor y el aire, me empecé a sentir incómodo y con una contractura en el cuadriceps. Vamos que me dolían "los muslos". Y tuve que para a estirar un par de veces a partir del 37. Cuando empecé a correr los km se me iba a casi 7min. Y de pronto escucho "Vamos Rafa". Era Ñete que estaba ya en meta, al otro lado de la ría. Y a partir de aquí tocó lo de todas las maratones... sufrir y echar cuentas para poder bajar de las 4h. Y por fin la meta y con un reloj que marcaba 3h57. Me podía tomar los últimos metros con tranquilidad, y como dice El Maestro, levantar los brazos al pasar la meta.

Al final acabé bastante mal, tanto que yendo hacia el hotel, había que cruzar una pasarela que tiene unos escalones que tuve que bajar de espaldas, y además no estaba nada contento por mi marca, ya que perdí unos buenos minutos en los últimos kilómetros, pero casi me alegró más ver como Ñete por fin se atrevió a correr sin miedo.

PD: Pepe,vete expedientando a éstos dos,pero ya!! XD publicado por Gabri.